La batalla de Simancas 939

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Transcurrida en los primeros días de agosto del año 939 d.C., esta batalla enfrentó al ejército árabe del califa omeya de Córdoba Abderrahmán III con el ejército cristiano dirigido por el rey de León Ramiro II que contó con la ayuda del los ejércitos castellano de Fernando González y navarro de la regente Toda Aznar de Pamplona.

Abderrahmán III que había emprendido la campaña que acabar definitivamente con el reino de León, la denominó "Campaña del Poder Supremo".

La victoria de Ramiro II sobre Abderrahmán III le permitió aumentar sus territorios hasta el Tormes rebasando el límite del río Duero. La huída de Abderrahmán III y el abandono de su campamento permitió recoger un extenso botín, entre los que destacaba el Corán de Abderrahmán III y su cota de mallas de oro.

En el año 1514 el abad de Arlanza, fray Gonzalo de Arredondo, dedicó a Carlos I de España y V de Alemania la siguiente versión de la batalla:

Quando fueron esforçados los leoneses y castellanos, enderesçaron y hordenaron los christianos muy vien sus vatallas, ca ya los moros estaban esperando en el campo, et como dize don Lucas de Tui en su corónica, fue día de San Justo y de San Pastor, et era lunes a... día del mes de... et yba el conde Fernán González en la delantera con sus castellanos, e yba a manoderecha el rey don Ramiro con sus leoneses, et a mano yzquierda el rey don García de Navarra con sus gentes. Et començaron todos de ferir muy reciamente en los moros, llamando e deziendo: "¡Santiago, Santiago! ¡San Millán, San Millán! ¡San Pelayo, San Pelayo!" et los moros fazían grandes roydos y daban vozes llamando: "¡Mahoma, Mahoma!" E los christianos de la primera entrada passaron todos las hazes de los moros y llegaron al fin de ellas. Quando aquesto vieron los moros, dieron buelta sobre los christianos, et commo eran muchos además, tomaron los cristianos en medio y feríenles muy fuertemente. Entonces los leoneses y navarros comenzaron a desmayar. Quando aquesto vido el conde Fernán González, començó a esfoçarlos y él començó de pelear muy reciamente e matar a muchos, et alcançó de un golpe por encima de la cabeça al obispo o alphaquí principal de los moros y acodióle con otro golpe, del cual cayó en tierra muerto...

...Abramante y Adurramen, los quales escaparon solos, fuyendo a huña de caballo. Fueron en esta batalla, segund todas las crónicas afirman, ochenta mill muertos de los moros, et segund la corónica del mui reverendo señor don Pedro, obispo de Palencia, non se ley aver sido en España tantos muertos en una vatalla. los quales fueron, commo él dize por su latín, por misterio y vitoria angélicos. Et desque esta tan grand vatalla fue vencida e debaratada e afincada, dieron los loores e gracias a Dios et a los santos que por patrones tomaron...
Respecto a la retirada de Abderrahmán III de Simancas, el siguiente texto, que pertenece a un parte oficial musulmán, se centra en los problemas de aprovisionamiento del viaje de regreso y en él no se menciona la derrota:

El califa con sus tropas, reclutas y personas de experiencia y honor seguían atacando y reduciendo a los enemigos de dios. Cuando se les iba acabando el grano y los pertrechos, habiendo ya alcanzado su objetivo extremo de humillar a los infieles, ocupándoles el campo, mientras su tirano se refugiaba en un alto monte, en cuya cima esperaba librarse, ordenó partir, redoblando la atención y el número para protección de la retaguardia del ejército, puesto que esperaba que los infieles salieran en su rastro, y empezó la marcha, sin que los enemigos de Dios se atrevieran a observar el paso del ejército sino desde lejos y desde las alturas, mientras él recorría su país lentamente...



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